Dedicado para los Directivos, Colaboradores, Socios y Simpatizantes del Club Atletico Estudiantes de General Levalle.
La palabra dirigencia sugiere inmediatamente una crítica. Y no de las buenas.
No hace falta abundar que en cualquier actividad; desde los poderes políticos más influyentes hasta una pequeña sociedad de fomento, los que conducen están en la mira, en la sospecha, en el cuestionamiento casi permanente.
Pero más allá de buenos y malos, de capaces e inútiles, de “vivos” e inocentes, hay una raza que en estos días despierta la inquietud de saber por qué alguien se mete en una misión casi imposible y, lo más llamativo, poco rentable.
Estos personajes existen, por suerte, desde siempre en nuestro país y suponemos que en el mundo.
Son los dirigentes de clubes de fútbol capaces de apostar a una participación en torneos nada lucrativos, que exceden el ámbito en el cual compiten por su mera federación.
La lista de equipos que comenzaron a jugar el Torneo Provincial y el del Interior no sólo de nuestra provincia sino del país entero hacen imaginar escenas de esfuerzos notables.
De algunos temerarios humanos (sin distinción de sexo) que le ponen el pecho a las balas con tal de ver su camiseta saliendo a la canchita del pueblo propio o unos cuantos kilómetros más allá.
Desde rifas hasta venta de abonos, pasando por cantinas y polladas hasta el aporte algo más cuantioso de algún comerciante o profesional vecino, que se aviene a poner unos pesos o un premio interesante, le van dando forma a esa aventura que puede determinar un golpe al corazón si la cosa no termina bien desde la tesorería, aun cuando en la cancha la cosa haya sido digna.
Hay que pagarle premios al plantel en algunos casos. En otros, los muchachos juegan por la recaudación. Los colectivos para viajar, la policía que hay que poner, los seguros obligatorios tan sospechosamente manejados por la AFA, la ropa deportiva.
El apoyo más o menos importante de la Municipalidad y a salir al ruedo.
Y no se pretende incluir aquí a los clubes de los argentinos A y B.
Estos parecen de otro mundo comparados con los que son motivo de referencia en esta nota, a pesar de todos sus problemas y del ninguneo a que son sometidos desde la calle Viamonte en Buenos Aires.
Son once clubes de la provincia en el Torneo del Interior y 32 en el Provincial.
Habrá distinta manera de afrontar la historia. Cada uno le dará su guión a la película de sus colores.
Lo que sí está claro es que en muchos de esos casos parece increíble y es emocionante saber que antes de la firma de planillas y del pitazo inicial del árbitro hay decenas de momentos de vida que involucran a mujeres y hombres capaces de lavar una camiseta, hacer y vender una empanada y viajar unos kilómetros para sentarse en una tribuna a alentar al clubcito del pueblo como si se estuviera en la Bombonera o el Monumental.
Seguro existirán claroscuros en cada equipo participante. Tendrán los lugareños de cada barrio o pueblo cuestionamientos que hacerle a tal o cual.
Pero no hay duda de que, a la hora del comienzo casi anónimo de estos torneos que están algún escalón más arriba de las Ligas de origen, debería acompañarse un aplauso para los para nosotros desconocidos dirigentes que lo hacen posible.
Esos que para Don Julio no existen ni siquiera en cuanto a la recaudación y los votos, ya que para el poder afista ni cuentan.
A la hora de la reunión de la comisión y mientras evalúan lo ocurrido en la primera fecha, ¿habrá quién tome la foto en donde salgan estos que rinden homenaje a sus abuelos, que están en sepia en otra postal colgada de un cuadro, en la sala en donde hoy se va a decidir cuánto van cobrar el choripán y la gaseosa el domingo que viene?.
Reverencia y admiración. Aunque para algunos casos mi respeto parezca el de un iluso.
Hay que querer mucho al club para ser uno de ellos.
Nos lo envio Ary Genre, publicado por el conocido periodista deportiva Osvaldo Wehbe, en cadena 3 on line....
Gracias Ary....
Comision Directiva.
2 comentarios:
SUBLIME...
Este si que la tiene clara !
No es para menos, es del interior, y nada menos que de la Porv. de Córdoba y le sobran mérito y conocimiento para dar tal opinión. La cual comparto ampliamente y modestamente agrego: Dr. Osvaldo Wehbe, tenga la certeza que en un pueblito del interior-del interior- se ejercen estos valores, los cuales Ud. menciona con claridad meridiana. Sólo basta indagar en General Levalle, más precisamente en el Club Atlético Estudiantes, y podrá verificar el proceder, el trabajo silencioso y la idoneidad con la cual ejercen cada una de las funciones, cada uno de sus integrantes, y más importante aún con la cualidad que lo hacen, respecto de lo mencionado en ese artículo tan ejemplificador.
Disculpen si carezco de humildad en este comentario, soy sólo un hincha agradecido; más , no creo equivocarme al respecto.
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